Nada espera al hombre
cuando en vísperas
del amanecer
ha pasado las horas,
solo…
con su laberíntica
quietud.
En los predios
de la cama, descalzo
la luz recibe
y aunque el primer
rayo
penetre en la claridad
de sus ojos,
hay obscuridades más
profundas,
en las que ni mil
soles
iluminan lo
suficiente.
El lenguaje que utilizas siempre me ha encantado. de alguna forma u otra atrapa al lector llevándolo a identificarse con cada verso... eso me sucedió con éste.
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